miércoles, 29 de febrero de 2012

PREMIO :)

Bueno en primer lugar me gustaría agradecer a Julia el premio que me ha dado en su blog....estoy muuuuuy contento jajja es mi primer premio MUCHAS GRACIAS. También me gustaría informaros que próximamente, seguramente el viernes, subiré una historieta que escribí hace un tiempo estad atentos :) Gracias a todos mis seguidores UN ABRAZOOO

martes, 28 de febrero de 2012

CAPÍTULO 5


5
Entré a casa y subí la escalera sigilosamente, todo estaba en silencio. Me cambié, cogí mi Ipod y me metí en la cama. La imagen del beso vino de nuevo a mi mente y un interrogante empezó a surgir con ella. ¿ Era el momento de decirle a Sofía lo que sentía por ella?. Recuerdo que me dormí mientras se escuchaba de fondo la canción “Solamente tú “ de Pablo Alborán.
En las semanas siguientes todo continuó igual, seguía aburriéndome en el instituto , cateando exámenes y todos los días, después de las clases hablábamos durante el corto trayecto que separaba el autobús de mi casa. Me encantaba pasar ese rato con ella en el que olvidaba temporalmente todos mis problemas, pero para mí no era suficiente, necesitaba pasar más tiempo con Sofía y no sabía cómo hacerlo. Hasta que un día en una de nuestras conversaciones, en la que hablábamos de cómo nos iba en el instituto:
-Pues voy fatal en matématicas, las odio, y creo que el profesor a mí también y para colmo la semana que viene tengo examen de 3 temas…
-Pues a mí me encantan las mates, si quieres te puedo ayudar a estudiar…
No me lo podía creer era mi oportunidad para pasar más tiempo con ella, que al ver que yo no contestaba me dijo:
-Bueno ¿Qué te parece?
-Perfecto, me parece absolutamente perfecto.
Sofía soltó una pequeña carcajada
-¿Quedamos mañana después de las clases? Digamos …¿a las 6?
-Digamos que allí estaré-dije mientras parábamos enfrente de mi casa.
-Bueno pues hasta mañana!!
-Adiós.




Subí los escalones del porche y llamé al timbre. Miré mi reloj, las 17:55. Me gustaba ser puntual. Me arreglé un poco el pelo, enseguida la puerta se abrió:
-Hola
-Hola, adelante pasa
La casa era pequeña pero acogedora, todo estaba muy ordenado y olía como a galletas recién hechas. Me guió a una habitación dónde había muchas estanterías con libros, y una mesa dónde había un ordenador. Supuse que sería donde Sofía estudiaba.
-Siéntate, enseguida vengo.
Hice lo que me dijo. En dos minutos volvió con una bandeja llena de galletas y dos vasos de leche mientras dijo
-¿Has merendado?
-No, pero no hacía falta que te molestaras.
-Tranquilo no es molestia, además tengo hambre- dijo con una sonrisa.
Sofia cogió una galleta, se la llevó a la boca y dijo:
-¿Empezamos?
Repetí su gesto mientras decía :
-Venga
Sofía explicaba muy bien, la entendía mucho mejor que a mi profesor. Por primera vez en mi vida sabía cómo hacer los ejercicios de matemáticas, y todo gracias a ella. Sin darnos cuenta se hicieron las 19:30.
-Ya va siendo hora de que me vaya-dije, aunque no tenía ninguna gana de marcharme.
En ese momento se oyó a alguien entrando a la casa  y una voz grave y potente que dijo:
-Ya estoy en aquí !!!
-Oh no, mi padre, lo había olvidado- dijo Sofía levantándose rápidamente.
Por la puerta apareció un hombre grande y bastante gordo, con cara de pocos amigos.
-No huelo la cena y tengo hambre!!!
-Ho…hola papá, lo siento pero he estado ocupada y no he podido…
- ¿Cómo?-la cogió del brazo- Pues empieza ya a cocinar- y acto seguido la empujó hacia la cocina
-¡Oiga! No la trate así !!-me atreví a decir, después de haber observado la escena
El hombre se giró hacia mí, en ese momento lamenté haber hablado.
-¿¡Y tú quién eres?!
-Tranquilo, ya se i…-intentó decir Sofía.
-¡¡Cállate!!-la cortó su padre- ¿Y bien?- me dijo
- Soy un amigo de Sofía…- me dolió mucho decir aquellas palabras . La miré, estaba triste, cómo el día que la vi en el autobús- … y ya me iba…-dije finalmente
-¡Pues ya tardas!
Al pasar por su lado, un fortísimo olor a alcohol me llegó a las fosas nasales.
-Adiós-dije, sin obtener respuesta alguna.
De camino a casa continuaba en estado de “shock”, todo lo que había ocurrido me había dejado atónito. Aquel hombre estaba maltratando a Sofía, ¡¡A su hija!! No me lo podía creer. “Puede que no sea para tanto, mi madre también me riñe muchas veces” quise pensar para tranquilizarme un poco. Lo que no sabía era que estaba totalmente equivocado.

domingo, 5 de febrero de 2012

CAPÍTULO 4

4
¡Por fin! Por fin había llegado el sábado y eran la siete y cuarto, me cambié y me arreglé (casi me acabé el frasco de colonia). Le dije a mi madre que me marchaba con los amigos y a pesar de que salí rápidamente, al cerrar la puerta aún pude oír la voz de mi madre chillando:
-¡No vuelvas tarde!
Empecé a andar deprisa hacia casa de Sofía, tenía muchas ganas de volver a verla y volver a hablar con ella , ya que el viernes no la había visto porque tuve entrenamiento de fútbol en la escuela.
Su casa era pequeña, de color cobrizo y como ella me había dicho, estaba al lado del supermercado, al otro lado había un pequeño callejón que seguramente daría al patio de atrás. Subí los escalones de madera que daban al porche y llamé al timbre, enseguida me abrió Sofía llevaba una camisa de tirantes rosa y unos vaqueros rasgados, estaba guapísima. Un aroma a perfume embriagador me llegó, me encantaba ese aroma.
-Bueno,¿Nos vamos?
-Claro
Durante el camino hacia el cine empezamos a hablar de nosotros.
El primer turno fue para mí y después de haberle contado todo lo referido a mi familia y a mí  le tocó a ella. Como ya me había dicho se había mudado aquí por el trabajo de su padre, que trabajaba para una agencia de transportes. Él estaba casi todo el día fuera así que era ella la que tenía que hacer las tareas de la casa y las comidas para cuando su padre llegara de trabajar. Esto hizo que empezara a sentir un poco de pena por ella y todavía más cuando metí la pata al preguntarle por su madre, que había muerto hacía un año por un cáncer.
-Lo siento mucho, no quería…
-Tranquilo no pasa nada…-me dijo con una sonrisa en la boca.
Cada vez me gustaba más esa chica.
Enseguida llegamos al cine, dónde estaban esperándonos todos mis amigos, era momento para las presentaciones.
Una a una fui presentando primero a las chicas, al llegar al turno de Belén estaba un poco nervioso por cómo reaccionaría, pero ésta dijo “Encantada” y le dio dos besos como habían hecho las demás. Luego lo mismo con los chicos pero cuando le dio dos besos a Jorge este le miraba con mucha atención y luego se acercó a mí y me dijo en voz baja
-Oye tío que buena está!!!
No le dije nada, pero creo que con la mirada que le dirigí tuvo suficiente. Entramos al cine, cada uno iba con su pareja , así que me alegré de haber venido con Sofía, sino me hubiera sentido un poco solo y apartado.
La película no estuvo mal, aunque la verdad no preste mucha atención. Estaba más pendiente de Sofía y de cada uno de sus movimientos. Nos habíamos sentado juntos, y yo había comprado palomitas para los dos. En uno de los viajes que hizo mi mano hacia los aperitivos de maíz, mi mano rozó la suya. Instintivamente los dos nos giramos mirándonos fijamente a los ojos. Fueron sólo unos segundos pero para mí fueron eternos, me hubiera quedado allí el resto de mi vida si hubiera podido. Pero todo lo bueno también debe acabar, un fuerte estruendo en la película nos devolvió a la realidad.
Al salir del cine fuimos todos a cenar al McDonalds y después de cenar fuimos a dar una vuelta. A las doce y pico vi que Sofía no dejaba de mirar su reloj así que le pregunté si quería que la acompañara a casa. Nos despedimos de todos y empezamos a caminar. Durante el regreso hablamos sobre la película y de que le habían parecido mis amigos, “muy majos” fueron sus palabras, acompañadas de una dulce sonrisa. Al llegar a la puerta de su casa ella me dijo:
-Álex muchas gracias por todo lo que estás haciendo por mi, eres muy amable
- No hay de que, es lo menos que podía hacer.
Nos quedamos un rato mirándonos y de repente ella se acercó, me dio un beso en la mejilla y rápidamente entró en casa. Me quedé atónito, durante un rato estuve pensando en aquel beso que me había dado sin que me lo esperara, ojalá me hubiera dejado devolvérselo, una sonrisa se dibujó en mi cara. Empecé a andar hacia casa, estaba cansado…pero a la vez me sentía el chico más afortunado del mundo.